PRESENTACIÓN

Del Golfo de Vizcaya, a ambos lados del Pirineo, entre el mar y la montaña se extiende la tierra de los vascos.
La cadena montañosa jamás ha logrado dividir a este pueblo; muy al contrario, ha sido su columna vertebral.
En las laderas del norte las tierras de Iparralde: Lapurdi, Behe Nafarroa y Zuberoa. En las del sur, el viejo Reino de Navarra, en el interior, y Gipuzkoa bañada por la mar cántabra. Más allá, Bizkaia y Araba.

El paso del tiempo y los embates de la Historia no han logrado deshacer su patrimonio cultural común y los vascos son conocidos como mujeres y hombres apegados a su tierra, como gentes que miman y preservan sus antiguas tradiciones.

Son muchas las cosas que definen este pueblo. El misterioso idioma euskera, de grave y bronco acento en algunas zonas del litoral y de suave cadencia en el interior. Su singular forma de legislar en la
antigüedad, que fuera presentada por Rousseau como ejemplo de contrato político natural al decir que “existe en Europa un pueblo que tenía por costumbre
el discutir sus asuntos públicos bajo un robre”, refiriéndose al Árbol de Gernika. El arcaico y riquísimo folklore que obligó a los enciclopedistas franceses a definir a los vascos como “ese pueblo alegre que baila en las faldas de los Pirineos”.

Su fama de gente recia, de intrépidos navegantes, de buenos artesanos y mejores pastores. La particularidad orográfica de la tierra vasca ha permitido
que hasta bien entrada la industrialización, el País Vasco albergara una sociedad eminentemente rural. De hecho, hoy en día, coexisten comarcas y ciudades profundamente modernizadas y a escasos kilómetros, aldeas y caseríos apegados a inmemoriales danzas, a romerías populares, a peregrinaciones a las ermitas de los picos de las peñas.
 

Y justamente en una de estas urbes industriales hace su primera aparición en público, en 1961, el grupo de danzas vascas Mendi Alde. (En la falda del Monte). Santurtzi está ubicado en la desembocadura de la Ríadel Nervión y es conocido puerto de mar.

Kabiezes es uno de sus barrios periféricos altos y desde él se divisa todo el abra bilbaíno. Allí, en la falda del monte Serantes, de cara al mar, es donde danza el grupo Mendi Alde.

El paso previo de este grupo de folkloristas es recorrer el País Vasco para localizar y rescatar danzas y bailes del rico e inagotable acervo popular. Sus fuentes de información pueden ser desde el inaccesible caserío, hasta la plaza del pueblo donde se baila una danza en una determinada festividad. Las más de las veces los ejecutantes del lugar desconocen la antigüedad y significado de lo que bailan y lo hacen porque, simplemente, lo aprendieron de sus mayores.

Posteriormente, el grupo Mendi Alde, después de un meticuloso aprendizaje in situ, añadirá las danzas que en el viejo mundo coreográfico vasco todavía están vigentes a su repertorio para que sean conocidas y difundidas.

(+34) 94 462 4823

mendialdeeuskaldantza@gmail.com